Resumen artículo
Las cuestiones de diversidad cultural se hacen cada día más apremiantes en el discurso político de los países occidentales. Los enormes movimientos migratorios de los últimos años, la conciencia nueva de interdependencia global, y la voz cada vez más insistente de las poblaciones indígenas o de grupos marginados impiden el relegar estas cuestiones para otro día. La enseñanza universitaria no puede substraerse a esta urgencia, pero en el ambiente universitario occidental se da una ambivalencia peculiar. Por una parte el proceso de crítica interna propio de las humanidades lleva a cuestionar los cánones de enseñanza y a aceptar el reto planteado por otros saberes y maneras de saber; mas por otra, la herencia de la Ilustración promete la estabilidad, aunque sea provisional, del saber, lo cual lleva a la canonización de ciertos contenidos y metodologías, y a resistir la invasión de puntos de vista que pongan en peligro su vigencia. Entre estos dos polos se sitúa el debate de la educación multicultural a nivel universitario. Partiendo de mi experiencia como docente en Estados Unidos, trataré de articular algunos argumentos a favor de una educación culturalmente inclusiva para el trabajador social.
Palabras Clave
diversidad cultural; trabajo social; formación; fundamentos humanísticos;
Referencia normalizada (para citas)
Méndez-Bonito Zorita, P. (2000). La diversidad cultural en la formación del trabajador social: fundamentos humanísticos. Servicios Sociales y Política Social, 52, 27-37